Uno de los elementos que dan sentido a esta muestra y que posee un gran sentido simbólico y una enorme fuerza artística, es el de la máscara. La máscara, que representa la imagen de gran parte de las culturas  africanas que han transitado el tiempo portando tragedias y esperanzas. Un elemento paradógico y contradictorio, que intentará desde la muestra poner identidad, pasado y cultura a tanto rostro anónimo buscando un mundo mejor. Personas que cargan en su destino, en su personalidad y en sus costumbres, la fuerza de esas miles, millones de máscaras hechas por sus culturas, máscaras que también, e igual que ellos y ellas, han sido expoliadas por la rapiña colonialista que saqueaban sus riquezas y sus propias vidas, antes traídos como esclavos, siendo Canarias un claro ejemplo de aquella triste etapa de la historia, y ahora venidos como emigrantes, con las cadenas del desprecio, la deportación y la muerte. La máscara posee así múltiples significados, estéticos, artísticos, rituales, ceremoniales o espirituales. Este proyecto pretende utilizar los diferentes enfoques de la expresión artística, contenida en un mismo objeto y su simbología, quizás ambigua o descontextualizada, pero unida a esas almas que navegan en días de calor inmenso y en noches gélidas y oscuras.  

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Vivimos un contexto social e histórico, que hace que el continente africano adquiera una dimensión especial para las Islas Canarias, no solo como territorio donde acoger problemáticas de origen (emigración, hambre, exclusión, guerra, crisis climática…), sino también como una tierra de oportunidades (solidaridad, cooperación, interculturalidad, creatividad,...).

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Hemos de reflexionar sobre la situación de la África actual combatiendo una visión unilateral y reduccionista de las posibilidades de ese continente, ese victimismo que piensa como una condena, que toda gran virtud puede llegar a convertirse en una maldición para quien la posee. Una idea que necesariamente nos lleva a entender que las grandes migraciones son consecuencia directa de un sistema de reparto injusto de la riqueza. También el papel de la mujer africana ha dado un giro causado por la emigración. En este sentido cabe mencionar el drama de miles de mujeres, por lo general menos visibilizadas, que cruzan tan mortífero trayecto.  Este fenómeno migratorio está provocando no sólo un grave impacto en los emigrantes y un problema mal resuelto en los países receptores, sino que está cambiando los modos de vida en los propios países de origen.

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José de León.