Juanjo Ivaldi / Tessa Rivarola
Mirada Extraviada
Comisariado por Eduardo Caballero
10 abril - 8 mayo 2021
Museo Castillo de Mata
Sala 2
Mirada Extraviada es un conjunto de trabajos de los artistas paraguayos Juanjo Ivaldi Zaldivar (1984) y Tessa Rivarola (1975), que actualmente residen en Islandia.
Ellos nos presentan esta propuesta con un matiz melancólico, intencionadamente marcado por sus experiencias de viajes. Provenientes de un país tropical (Paraguay) y ahora encontrándose atravesados por la experiencia radical de estar (a)islados- y lejos del ruido de las ciudades y las multitudes, residiendo donde respiran los glaciares, intimando con una naturaleza desbordante, que te atrapa hasta hacerte suya. Nos presentan estas resonancias personales de un relato a través de fotografías y escrituras que buscan dar cabida a lo que le excede.
Juanjo Ivaldi comenzó sacando panorámicas en el intento de abarcar, Tessa Rivarola empezó escribiendo como una extensión de su piel, ambos influenciados por la sumisión que impone la naturaleza extrema de Islandia. Ambos ejercitando la sencillez del ser.
Fascinados y melancólicos, desde la conciencia de la destrucción a la que como humanidad nos hemos arrojado: se incendia Amazonas, se extingue el primer glaciar de Islandia, se incendia Australia. Y mientras los paisajes y contrastes de Islandia estremecen, el mundo no está para seguir produciendo “bellos paisajes” o “bellos poemas”, concluyen.
Y es cuando surge la descomposición como vehículo para expresar una interrogación, que es también una profunda angustia, hasta dónde vamos a llegar con la depredación. Las redes están llenas de bellas panorámicas, como si fuera un gran basural de imágenes cosméticas para no enfrentar lo urgente. La rotura, los fragmentos, aparecen como expresión del caos y el desconsuelo ante los daños irreversibles. Juanjo tritura la panorámica, la hace pedazos: el homo sapiens depredador. Y luego, presenta un detalle ampliado. Cada uno de los detalles son resonancias de algo que ya no está: el homo sapiens estremecido.
Fotografía y poesía dialogan con el silencio y el tiempo suspendido. La palabra intenta dar cuenta de su insuficiencia. Por ello Tessa nos ofrece una serie de racimos de palabras con un fruto por descubrirse, la aventura de la explosión interior descuartizada en otro u-topo, nuestro ser.