La Memoria de la Fragilidad
Comisariado por Francis Naranjo y Eduardo Caballero
6 de junio - 12 de julio, 2025
Casa de la Cultura de Santa María de guía. Gran Canaria, España.
Federico Arnaud (Uruguay)
Graciela Arias (Perú)
Rafael Arocha (Canarias)
Noemí Arocha (Canarias)
Juan José Bravo Matías (Madrid/Canarias)
Víctor Hugo Bravo (Chile)
Sergio Bretel (Perú/Noruega)
Paola Cabrera (Paraguay)
Juan Castillo (Chile/Suecia)
Máximo Corvalán-Pincheira (Chile)
Cristina Déniz (Canarias)
Vivien Déniz (Canarias)
Silvana Domínguez (Paraguay)
Javier Duchement (Canarias)
Adriana Frutos (Canarias)
Ricardo Fuentealba-Fabio (Chile)
Mariví Gallardo (Canarias)
Antonio Guzmán (Chile)
Mónica López (Ecuador)
José Luis Luzardo (Canarias)
Cristina Millares (Canarias)
Francis Naranjo (Canarias)
Alicia Pardilla (Canarias)
Humberto Polar (Perú)
Miguel Pons (Canarias)
Alfredo Quiroz (Paraguay)
Carlos Rivero (Canarias)
Lotty Rosenfeld (Chile)
Gustavo Tabares (Uruguay)
Iván Santiago (Canarias)
Óscar Valido (Canarias)
La exposición La Memoria de la Fragilidad se presenta como un espacio de reflexión sobre la condición humana y la naturaleza efímera de nuestro planeta. Esta propuesta unificadora aborda la vulnerabilidad no solo como una característica inherente de los seres humanos, sino también como una constante que permea la existencia de todo lo que nos rodea. En un mundo donde el avance tecnológico y científico nos seduce con promesas de control y dominio absoluto, esta exposición nos invita a mirar hacia dentro y hacia nuestro entorno, confrontando tanto nuestra finitud como la de nuestro planeta y explorando las actitudes diversas que surgen frente a esta realidad.
La fragilidad, lejos de percibirse como una debilidad, emerge aquí como una característica esencial de la experiencia humana y de la vida en el planeta Tierra. Es en nuestra vulnerabilidad y en la naturaleza transitoria del mundo donde se revela la verdadera profundidad de nuestra humanidad: la capacidad de crear lazos, de reconocer nuestra interdependencia con el entorno y de encontrar sentido en un mundo marcado por la incertidumbre.
Este proyecto expositivo reúne obras de artistas contemporáneos que, desde diversos lenguajes visuales, materiales y simbólicos, abordan esta paradoja de la existencia: ser fuertes en nuestra fragilidad compartida.
Las fronteras —sean geográficas, culturales, políticas o emocionales— también son frágiles y transitorias. En apariencia sólidas y permanentes, en realidad son constructos marcados por tensiones, conflictos y cambios. La exposición incorpora obras que exploran la fragilidad de estas líneas divisorias: las que separan naciones, las que delimitan identidades y las que condicionan nuestras relaciones con los demás y con el entorno. En un mundo globalizado, donde las fronteras se desdibujan en algunos contextos y se refuerzan en otros, estas obras nos invitan a reflexionar sobre cómo estas delimitaciones influyen en nuestra percepción del “otro”.
El carácter efímero no es exclusivo del ser humano; nuestro planeta también está sujeto a ciclos de transformación, desgaste y regeneración. También esta propuesta incluye obras que abordan la fragilidad de los ecosistemas, los efectos del cambio climático y la interconexión entre la acción humana y la naturaleza.
La exposición también explora las múltiples maneras en que los seres humanos enfrentamos la vulnerabilidad y la transitoriedad. Desde la aceptación y la resiliencia hasta la negación y la búsqueda de control, las actitudes diversas que adoptamos reflejan nuestra complejidad emocional y cultural. Obras que invitan a la contemplación, piezas que critican la obsesión por el progreso a cualquier costo y representaciones que celebran la belleza de lo efímero componen un abanico de perspectivas que enriquecen la experiencia del espectador.
La Memoria de la Fragilidad busca recordarnos que nuestra grandeza no reside en la ilusión de omnipotencia, sino en la capacidad de aceptar nuestras limitaciones, reconocer nuestra interdependencia y encontrar belleza en lo imperfecto y lo transitorio. La exposición es un llamado a honrar nuestra humanidad y nuestro planeta, no a pesar de nuestra vulnerabilidad, sino precisamente gracias a ella.

























