LUJO PARA TODXS

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Nos manifestamos porque queremos ser felices. El lujo es una manera de conseguir la felicidad. Manifestar pacíficamente los deseos es también una forma de la felicidad colectiva porque el deseo de lujo nos une, aunque para cada persona la palabra lujo tenga su significado particular, individual: para algunas personas es un lujo poseer una obra de arte original, para otras pude ser simplemente tener tiempo libre. El lujo, material o inmaterial, es un valor absoluto pero nuestra percepción del lujo es relativa. El filósofo alemán Martin Heidegger en su conferencia “La pobreza” (1945) cita al poeta Friedrich Hölderlin  cuando escribió “nos hemos vuelto pobres para llegar a ser ricos”. Heidegger, parafraseando a Hölderlin se refería, claro está, a la riqueza de “espíritu”, pero ellos hablaban desde la comodidad en la que vivieron y de otro tipo de riqueza, la espiritual, que no tiene porqué ser incompatible con el lujo, o quizás sí. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, el lujo es una “abundancia de cosas no necesarias. Todo aquello que supera los medios normales de alguien”. Y según la Wikipedia “lujo hace referencia a aquellos bienes, arreglos, manufacturas, obra de arte u objetos que exceden lo necesario”. Esto nos plantearía una cuestión fundamental para nosotros: “Es el arte necesario”. Manuel Borja-Villel, director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en su ensayo “La (in)utilidad del arte contemporáneo” tratando de describir lo que es el arte contemporáneo escribía: “Nos hallamos atrapados en el instante de la transición comercial, inmersos en un espejismo en el que […] se establece una falsa equivalencia entre aquello que es accesible, disponible o utilizable y lo que existe […] La disyuntiva ya no consiste en saber si una cosa es arte, sino en dilucidar qué aspectos de nuestro entorno no lo son”. En este sentido para nosotros está claro que una manifestación es arte, “arte de acción”. Según Sagrario Aznar Almazán en Arte de Acción “el estatuto tradicional de obra de arte se desmorona absolutamente y el artista asume nuevas funciones mucho más próximas al papel de mediador que de creador”. Otro referente fundamental para el arte de acción en España sería la conferencia de Bartolomé Ferrando reproducida en Art Action: 1958-1998. Pero más recientemente, Óscar Cornago, en “Sobre el mito de la acción y las acciones mínimas” que formó parte de un proyecto de investigación sobre Imaginarios sociales II: la idea de acción en la sociedad posindustrial,  llegaba a la conclusión de que “toda acción, incluso si es por negación, ascesis o apartamiento, deja ver el contexto social que la motiva”. Para nosotros, como artistas de la “manifestACCIÓN”, el lujo no solo es una expresión de la sociedad actual sino que nos proyecta hacia el pasado como un reflejo de las desigualdades sociales que cada pueblo ha sufrido y sigue padeciendo. El lujo es un signo de la riqueza de algunas personas. Nosotros proponemos que el lujo sea asequible para todo el mundo, es decir que “lo innecesario”, como es el caso del arte, esté al alcance de todos y todas, ya sea a través de eventos participativos o de una democratización sistemática de las instituciones artísticas para que todas las personas que lo quieran puedan disfrutar del arte, es decir, del lujo de mirar y de disfrutar del arte aunque no podamos poseerlo.

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Dionisio Cañas