DEL ROSTRO A LA MÁSCARA
Juegos, ocultamientos y alteraciones de la identidad
Comisariado por Francis Naranjo, Antonio Guzmán y Juan Peralta Berríos
20 de abril - 11 de agosto, 2024
Casa Fugaz. Lima, Perú.
Alemania
Ricardo Zamora
Argentina
Marcos Figueroa
Bolivia
Alejandra Delgado
Joaquín Sánchez
Liliana Zapata
Canarias
Eduardo Caballero
Teresa Correa
Francis Naranjo con Carmen Caballero
Abraham Riverón
Acaymo S. Cuesta
Chile
Victor Hugo Bravo
Gabriel Carmona
Coco González
Antonio Guzmán
Pamela Iglesias
Luis Montes
Pablo Núñez
Bernardo Oyarzún
Ecuador
Rosa Jijón & Francesco Martone
Sara Roitman
Suamy Vallejo
Francia
Julie Pichavant
Italia
Carlo Galli
Paraguay
Fernando Allen
Marcos Benitez
Paola Cabrera
Silvana Dominguez
Bernardo Puente
Alfredo Quiroz
Perú
Graciela Arias Salazar
Wendy Castro
Taller Cono Norte (Elie Angles, Liliana Avalos y Miguel Lescano)
Verónica Noriega
Henry Ortiz
Juan Pacheco
Antonio Pacuar
Franci Quirita
Israel Tolentino
Polonia
Izabella Jagiello
Uruguay
Federico Arnaud
Lucía Draper
Gustavo Tabares
Venezuela
Nelson Garrido
Nuestras vidas… una y muchas máscaras
Justamente nosotros, como seres sociales, utilizamos máscaras todo el tiempo frente a un otro. Es parte de nuestra capacidad como seres humanos vernos en la necesidad de disimular nuestro estado de ánimo, nuestras preocupaciones, inquietudes, miedos, rabias, alegrías, nuestras tristezas... Y así como en la antigüedad un actor se ponía la máscara y se transformaba asumiendo su personaje para actuar, en la actualidad, uno puede estar atravesando deplorables situaciones de miseria y, sin embargo, se muestra ante los demás portando la máscara de la alegría.
Desde que nacemos, nos formamos como individuos al tener nuestro primer contacto con la sociedad que son nuestros padres. A través de ellos somos "moldeados" bajo ciertas características particulares, aprendiendo a velar, ocultar o disimular, nuestras acciones y formas de pensar según las circunstancias. De manera simbólica, nos enseñan a ceder un poco, sea parcial o totalmente, mediante la adopción de la máscara de la prudencia, el ocultamiento o el disimulo, dependiendo de las personas o situaciones en que nos encontremos. Sin embargo, esto nos enseña como parte del sentido paterno o materno que, estar bajo alguna máscara (sea quien sea) se convierte en una estrategia de defensa fundamental para uno mismo.
Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos puesto una “máscara” como autodefensa en cuya situación extrema, nos lleva a caer en el autoengaño hasta el grado de perder la esencia personal, un nivel de alienación que puede conducirnos al olvido de quienes somos en realidad. El cerebro le dice a la mente cansada “¡ya no puedo más con este juego engañoso!” y comienza a creer firmemente que la máscara ya no es una máscara sino decide adoptar ese o esa representación.
El arte y el tránsito de la visibilidad y la invisibilidad
Esta propuesta proyecta desde las expresiones contemporáneas realizar una mirada urgente y crítica al agudo fenómeno migratorio que se presenta en estos procesos de alteración y transfiguración del individuo.
En el presente contexto mundial, la pandemia, las crisis económicas, los desastres naturales, las guerras, las movilizaciones y migraciones, las transmisiones culturales, entre otros, constituyen causales poderosas que vienen promoviendo estas alteraciones identitarias que conllevan a su vez, a manifestaciones hibridas.
Una mirada crítica a través de diferentes soportes artísticos es proyectada a interactuar en torno al tema de las personas que viven y sufren aventuras extremas, perdiendo en muchas ocasiones su propia vida. Entre esos soportes artísticos, no sólo vamos a contar con obras creativas desde el plano audiovisual, escultórico, fotográfico y documental, sino que estarán presentes otros elementos que han formado y siguen siendo parte de la historia y la cultura de esas personas que viajan hasta nosotras y nosotros.
Por tanto, uno de los elementos que constituye la base de esta muestra y que posee gran sentido simbólico y una enorme fuerza artística, es la máscara. La máscara que como elemento de expresión cultural se halla presente en todas las culturas y ha transitado el tiempo portando tragedias, ironías y esperanzas, conteniendo visiones desde lo histórico social y psicológico, dando cuenta de la idea de la identidad múltiple bajo el sentido de la diferencia.
Extensiones hacia la otredad
Un elemento paradójico en la muestra es el intento de reconocer a ese ser que ha transitado desde el anonimato a través de la historia social y cultural, buscando un reconocimiento y con ello, la construcción de un mundo mejor. Esos chicos y esas chicas cargan en sus identidades, su destino y personalidad, la fuerza de esos miles y millones de máscaras hechas por sus culturas; máscaras que también, al igual que ellos y ellas, han sido expoliadas desde la acción colonialista saqueadoras de sus riquezas, sus prácticas culturales y sus propias vidas, sometidos bajo el sistema esclavista que se mantiene hasta el día de hoy, bajo estructuras hegemónicas de poder.
La máscara, entregada, expoliada, vendida o descubierta, entronca también como la dimensión artística profunda de aquellos pueblos. Esta muestra quizás aporte también, al diálogo sobre las discrepancias y malentendidos entre visiones diferentes del arte.
La máscara contemporánea ahora es otra cosa, habla de hipocresía, de ocultamientos, de miedos, engaños y por qué no también, de estrategias decolonialistas. La exposición pretende utilizar esos enfoques tan diferentes de expresión artística, contenida en un mismo objeto y su simbología, quizás ambigua o descontextualizada en la actualidad; pero en todo caso, unida a esas almas que navegan en días de calor inmenso y en noches gélidas y oscuras: la máscara migrante viaja junto a sus almas.